Criar conscientemente para mi significa ser capaz de educar sin gritos ni castigos.
Educar respetando siempre las necesidades de mis hijos, poner límites desde el respeto y el amor.
Validar sus emociones y empatizar con ellas.
Estar presente. Y estar presente con los niños no significa sólo compartir espacio. Significa conectar, jugar con ellos y estar emocionalmente disponible.
Y, sobre todo, no proyectar mis reacciones emocionales sobre ellos.
Todo este conocimiento es algo que, bajo mi punto de vista, toda madre y todo padre debería tener. Pues, al fin y al cabo, estamos educando a los futuros ciudadanos de esta sociedad.
Por lo tanto y ante todo, me gustaría resaltar la importancia de formarnos en estos temas.
Porque nuestros hijos merecen que lo hagamos lo mejor posible.
Ahora bien, ¿Qué pasa cuando nos separamos?
Pues que la crianza consciente, si no la gestionamos bien, puede ser una carga realmente paralizante.
Porque cuando atraviesas un duelo, cuando emocionalmente estas desbordada y físicamente exhausta, criar conscientemente se puede volver un camino de piedras y muy cuesta arriba.
Pero no hacerlo te conecta directamente con la odiosa culpabilidad.
Y lo cierto es que estar disponible emocionalmente por y para tus hijos, cuando no eres capaz ni siquiera de gobernarte a ti misma, es realmente algo complejo. Por no decir imposible.
- Jugar y estar presente el tiempo que necesitan y que, además, ese tiempo sea de calidad. Cuando lo que realmente te pasa es que el tiempo se te come, porque quieres alimentar bien a tus hijos, hacer la compra, mantener un hogar mínimamente limpio y ordenado.
Jugar y estar presente resulta misión imposible.
- Cuando tienes que trabajar a la vez que cuidarles y no hay nadie que pueda tenderte una mano. Cuando no hay nadie más en casa. Cuando no hay una pareja que te apoye y te sustente física y emocionalmente.
- Cuando tienes más de un hijo con necesidades muy diferentes y no eres ni física ni emocionalmente capaz de estar a la altura. Y cuando además compruebas las consecuencias de esto en ellos, día tras día.
- Cuando económicamente a penas llegas a cubrir gastos y tienes que hacer más horas que un reloj en el trabajo para poder pagar a las canguros que necesitas encima para poder trabajar.
Totalmente absurdo, pero totalmente cierto.
Y es que esta es la realidad con la que nos encontramos muchas madres separadas y muchos padres también, todo sea dicho.
Entonces, ¿Cómo se puede, bajo esas condiciones criar conscientemente?
Pues ahí la gran pregunta.
Una pregunta a la que hace mucho tiempo doy vueltas y vueltas y, de momento, la única respuesta que he encontrado es la siguiente:
HACIENDO LO QUE SE PUEDE
Sí. Siempre digo que las personas no somos nuestras circunstancias. Es decir, que pase lo que nos pase, sea cual sea la situación en que nos encontremos, siempre podemos elegir cómo queremos vivirla. Y creo fervientemente en ello.
Pero reconozcámoslo y aunque pueda parecer una contradicción:
Hay circunstancias que hacen las situaciones mucho más complejas. Y ser madre separada y querer criar de forma consciente y respetuosa a tus hijos, es una de ellas.
¿Y qué significa hacer lo que se puede?
Pues en primer lugar perdonarse, permitirse y soltando lastre.
A día de hoy todavía hay días que me sigo desbordando. Días que termino exhausta, reaccionando automáticamente con mis hijos y soltando algún grito. Muchos más de los que me puedo permitir.
Desbordándome y culpabilizándome a mi misma.
Pero si algo he avanzado en estos cuatro años, es que también he aprendido a perdonarme por ello.
Eso es: PERDONARSE, pedir disculpas a mis hijos, respirar profundo y acostarme sabiendo que el día siguiente tendré otra nueva oportunidad. Para hacerlo mejor, para criarles y educarles de forma más consciente. Porque HAGO LO QUE PUEDO.
Perdonarse es el primer paso para soltar la tediosa CULPA.
Y me perdono por no llegar, por no poder, por no ser capaz, por no alcanzar, por no responder y por no ser siempre la madre que mis hijos necesitan.
Pero al día siguiente, lo vuelvo a intentar. Y tal vez vuelvo a fallar, pero me vuelvo a levantar.
Hacer lo que se puede es decirse que no pasa nada si la casa no esta muy limpia y ordenada.
Que no pasa nada si no escribo al ritmo que sería conveniente para mi proyecto.
Que no pasa nada si tenemos que comer lo mismo que ayer porque no he sido capaz de organizarme para hacer la compra.
Hacer lo que se puede es no parar de leer y estudiar para aprender a ser la mejor madre para mis hijos y poder disfrutar de la maternidad. Es invertir mi poco dinero en formación y terapia para intentar ser más feliz y así lo puedan ser ellos.
Me ayuda pensar que ellos crecerán y que algún día recordaré con nostalgia todos estos años de infancia que ya nunca más volverán.
Y sé que recordaré los mejores momentos, porque eso es lo que hace la memoria.
La memoria olvida lo que quiere olvidar. Y recuerda lo que quiere recordar.
Espero que ellos no olviden que los sostuve, y recuerden que lo hice lo mejor que pude.
Que no olviden que me esforcé al máximo e hice todo lo que estaba en mis manos para hacer de esta pequeña familia un hogar donde crecer felices.
Aunque haya días que lo consiga y haya otros muchos que no.
Solo espero que ellos, tampoco olviden.Porque “Hacer lo que se puede es querer hacerlo lo mejor que puedas, aunque realmente no puedas”
Gracias por leerme.